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Las denuncias de acoso sexual y represalias son peligrosas en Nueva Jersey

La División de Apelaciones confirmó recientemente un laudo del jurado por acoso sexual y represalias a favor de la demandante, Marilyn Vélez, quien fue transferida a un puesto de servicio al cliente en RockTenn Co., una empresa de cajas de cartón corrugado en Newark, Nueva Jersey, en noviembre de 2010. Vélez afirmó que su El nuevo jefe, Raymond Perry, la invitó a salir, la miró fijamente, hizo comentarios sobre que le gustaban las mujeres latinas, sugirió un trío con él y su novia e hizo comentarios inapropiados sobre su cuerpo y apariencia. Vélez alegó que se quejó ante recursos humanos sobre las acciones de Perry al menos 10 veces sin que la empresa tomara ninguna medida. Toda esta conducta se produjo en un corto período de tiempo. El 1 de abril de 2011, Vélez fue despedido por una supuesta caída en el negocio.

En abril de 2014, un jurado del condado de Essex falló a favor de Marilyn Vélez y le otorgó una indemnización de $575.000 por acoso sexual y represalias, sin creer en las defensas de la empresa. El jurado otorgó $75,000 por su reclamo por ambiente de trabajo hostil, $200,000 por su reclamo de represalias contra RockTenn y $250,000 por su reclamo de represalias contra Perry, su exjefe. Esta indemnización no incluye los honorarios del abogado de Vélez.

El jurado no aceptó el motivo del despido de la empresa a pesar de lo siguiente: “A principios de 2011, las ventas de RockTenn comenzaron a disminuir, siendo marzo de 2011 el peor mes registrado por la empresa. A pesar de la supuesta disminución del negocio, los registros mostraron que el demandante trabajó horas extras varias veces durante este período. No obstante, el vicepresidente regional, Robert O'Connell, ordenó a los gerentes que redujeran los costos de mano de obra y materiales. Inicialmente, Perry consideró despedir a otro CSR con problemas de desempeño, pero finalmente decidió despedir al demandante, el miembro más nuevo del departamento, e hizo esa recomendación a la alta gerencia”. El administrador individual fue declarado exclusivamente responsable de los daños y perjuicios.

Además, la División de Apelaciones determinó que el acoso de Perry a otros empleados, no a Vélez, fue admitido adecuadamente por el tribunal de primera instancia para demostrar que la política contra el acoso de la empresa era ineficaz. Como se indicó, “la evidencia de acoso sexual de otros empleados, no presenciada por el demandante, puede ser relevante para un reclamo de que un empleador tenía una política de acoso sexual ineficaz y puede ser admitida para ese propósito”. Fitzgerald contra Stanley Roberts, Inc., 186 Nueva Jersey 286, 320 (2006).

Los empleadores deben tomar en serio las quejas de acoso sexual y deben buscar asesoramiento cuando sean despedidos, así como a otros empleados que se quejen de lo mismo.

David Cassidy, Esq.